miércoles, 3 de noviembre de 2010

MI ALMA TIENE PRISA

Mi alma tiene prisa


Conté mis años y descubrí que tengo menos 
tiempo para vivir de aquí en adelante que el que 
viví hasta ahora.
Me siento como aquel joven
que ganó una caja de dátiles; los primeros los
comió con displicencia pero, cuando percibió 
que quedaban pocos, comenzó a roer hasta el carozo…


Ya no tengo tiempo para lidiar con mediocridades. 
No quiero estar en reuniones donde desfilan egos 
inflados. 
No tolero a seres ventajeros.


Me molestan los envidiosos que tratan de 
desacreditar a los más capaces, para apropiarse
de sus lugares, talentos y logros.


Ya no tengo tiempo para proyectos megalómanos. 


No participaré de conferencias que establecen 
plazos fijos para erradicar la miseria en el mundo. 


No quiero que me inviten a eventos de un fin de 
semana donde se pretende solucionar los
problemas del milenio.


Ya no tengo tiempo para reuniones interminables 
donde se discuten estatutos, normas, 
procedimientos y/o reglamentos internos.


Ya no tengo tiempo para soportar melindres de personas que, a pesar de su edad cronológica, son unos inmaduros.


No quiero ver las agujas del reloj avanzando 
en reuniones de "confrontació n", donde "tiramos
todos los hechos sobre la mesa".


Detesto ser testigo de los defectos que genera 
la lucha por algún majestuoso cargo.


Recuerdo ahora a Mario de Andrade, quien afirmó: 
“Las personas no discuten contenidos, apenas 
los títulos". Mi tiempo es escaso como para discutir
títulos; quiero la esencia, mi alma tiene prisa.


Sin muchos dátiles en la caja, quiero vivir al lado 
de gente humana, muy humana; que sepa reír
de sus errores, que no se envanezca con sus 
triunfos, que no se considere electa antes de 
hora, que no huya de sus responsabilidades, 
que defienda la dignidad de los marginados y 
que desee tan sólo andar al lado de Dios.


Caminar junto a cosas y personas de verdad, 
disfrutar de un afecto absolutamente sin fraudes,
nunca será pérdida de tiempo.
Lo esencial es lo que hace... ¡que la vida valga la pena!.




Nada en este mundo tiene sentido si no tocamos


el corazón de las personas. Si la gente 


crece con los golpes duros de la vida, tambien


puede crecer con los toques suaves en el alma.


D/A

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