viernes, 8 de abril de 2011

LAS CUATRO ESTACIONES DE LA VIDA-


Había un hombre que tenía cuatro hijos. El buscaba que ellos aprendieran a no juzgar las cosas tan rápidamente; entonces los envió a cada uno por turnos a visitar un peral que estaba a una gran distancia.

_El primer hijo fue en el Invierno, el segundo en Primavera, el tercero en Verano y el hijo más joven en el Otoño.
Cuando todos ellos habían ido y regresado; él los llamó y juntos les pidió que describieran lo que habían visto.

El primer hijo mencionó que el árbol era horrible, doblado y retorcido.
_El segundo dijo que no, que estaba cubierto con brotes verdes y lleno de promesas.
_El tercer hijo no estuvo de acuerdo, el dijo que estaba cargado de flores, que tenia aroma muy dulce y se veía muy hermoso, era la cosa más llena de gracia que jamás había visto.
_El último de los hijos no estuvo de acuerdo con ninguno de ellos, el dijo que estaba maduro y marchitándose de tanto fruto, lleno de vida y satisfacción.
_Entonces el hombre les explicó a sus hijos que todos tenían la razón, porque ellos solo habían visto una de las estaciones de la vida del árbol.

_No dejes que el dolor de una estación destruya la dicha del resto.
_No juzgues la vida por solo una estación difícil.
_Aguanta con valor las dificultades y malas rachas porque luego disfrutarás de los buenos tiempos.
_El les dijo a todos que no deben de juzgar a un árbol, o a una persona, por solo ver una de sus temporadas, y que la esencia de lo que son, el placer, regocijo y amor que viene con la vida puede ser solo medida al final, cuando todas las estaciones han pasado.
_Si tú te das por vencido en el invierno, habrás perdido la promesa de la primavera, la belleza del verano, y la satisfacción del otoño.
_No dejes que el dolor de una estación destruya la dicha del resto.

_No juzgues la vida por solo una estación difícil.
_Aguanta con valor las dificultades y malas rachas porque
luego disfrutarás de los buenos tiempos .

_Sólo el que persevera encuentra un mañana mejor.


martes, 5 de abril de 2011

LA BOTELLA

Un hombre estaba perdido en el desierto, destinado a morir de sed. Por suerte, llegó a una cabaña vieja, desmoronada sin ventanas, sin techo. El hombre anduvo por ahí y se encontró con una pequeña sombra donde acomodarse para protegerse del calor y el sol del desierto. Mirando a su alrededor, vio una vieja bomba de agua, toda oxidada. Se arrastró hacia allí, tomó la manivela y comenzó a bombear, a bombear y a bombear sin parar, pero nada sucedía. Desilusionado, cayó postrado hacia atrás, y entonces notó que a su lado había una botella vieja. La miró, la limpió de todo el polvo que la cubría, y pudo leer que decía: "Usted necesita primero preparar la bomba con toda el agua que contiene esta botella mi amigo, después, por favor tenga la gentileza de llenarla nuevamente antes de marchar".
El hombre desenroscó la tapa de la botella, y vio que estaba llena de agua... ¡llena de agua! De pronto, se vio en un dilema: si bebía aquella agua, él podría sobrevivir, pero si la vertía en esa bomba vieja y oxidada, tal vez obtendría agua fresca, bien fría, del fondo del pozo, y podría tomar toda el agua que quisiese, o tal vez no, tal vez, la bomba no funcionaría y el agua de la botella sería desperdiciada. ¿Qué debiera hacer? ¿Derramar el agua en la bomba y esperar a que saliese agua fresca... o beber el agua vieja de la botella e ignorar el mensaje? ¿Debía perder toda aquella agua en la esperanza de aquellas instrucciones poco confiables escritas no se cuánto tiempo atrás?
Al final, derramó toda el agua en la bomba, agarró la manivela y comenzó a bombear, y la bomba comenzó a rechinar, pero ¡nada pasaba! La bomba continuaba con sus ruidos y entonces de pronto surgió un hilo de agua, después un pequeño flujo y finalmente, el agua corrió con abundancia... Agua fresca, cristalina. Llenó la botella y bebió ansiosamente, la llenó otra vez y tomó aún más de su contenido refrescante. Enseguida, la llenó de nuevo para el próximo viajante, la llenó hasta arriba, tomó la pequeña nota y añadió otra frase: "Créame que funciona, usted tiene que dar toda el agua, antes de obtenerla nuevamente".

EL OCIO


La vida es suma y resta; resta lo menos posible.

Si quieres escalar una montaña no mires para abajo, preocúpate por dónde vas a apoyar la
mano.

Cuando vuelvo sé que fui, pero cuando voy no sé si volveré.

Poco importa que tu hijo no siga tu huella; lo importante es ayudarlo a hacer la suya.

Si ganaste una guerra, no te alegres; piensa que, también, puedes haber perdido la paz.

No todos los caídos merecen ser levantados...

Muchas cosas suelen tener dos caras; trata siempre de ver ambas.

No camines nunca sin saber hacia dónde, cuándo, cómo y por qué.

No te desanimes ante las cuestas, casi todas tienen igual bajada.

Si vas a cortar una vez, mide dos veces.

Si conoces bien las excepciones puedes tirar las reglas a la basura.

Procura que te critiquen por lo bien hecho y no por lo contrario.

La vejez es la experiencia, la juventud lo contrario; sabiduría es consumir de la primera
cultivando la segunda.

No es de hombre pedir ventajas, pero sí concederlas.

Sé lo mejor que puedas ser sin preocuparte por lo que hacen los demás, un árbol solitario
puede valer más que un bosque.

Si invitas a comer no cuentes los bocados; si te invitan, come uno menos.

Escucha con atención hasta al más bruto; siempre se aprende algo.

El mejor maestro no es el que más sabe, sino el que mejor enseña.

Dar siempre puede ser tan malo como no dar nunca.

Haz el bien, pero fíjate a quién; no sea que te falte para un justo.

Cuídate de algunos inteligentes; pero no te distraigas ante los necios.

No te desesperes por hacer el bien todo el tiempo; con sólo no hacer mal ya es suficiente.

La ley no es igual para todos; también en esto existen ricos y pobres.

No ataques a nadie injustamente, pero defiéndete siempre.

De jóvenes arrasamos con todo; de viejos, todo se toma revancha.

Si no quieres que se vacíe la lata debes reponer cuanto sacas.

Amasa, con el polvo de tus derrotas, el barro con que levantarás tus paredes.

Crecer no sólo es ir para arriba, sino también para adentro.

Sé siempre justo y no temas: la verdad en la lengua es como un láser en la mano.

El mejor lugar para guardar libros no es la biblioteca, sino la cabeza.

El golpe más fuerte que se le puede dar a un necio es decirle lo que es.

Si quieres abrazar al mundo, abraza a un niño.

Cada vez que hables, recuerda: lo más importante de lo que se dice, está en el cómo.

Lo que abunda puede dañar tanto como lo que escasea.

Lo único que da el avaro es lástima.

No hacer nada, por no cometer un error, es haber cometido el error más grave.

La crítica siempre es buena: o te hace conocer tus defectos o los de quien te critica.

No busques primero lo agradable sino lo posible.

El progreso de la humanidad se debe al uno por ciento de nosotros; los demás somos meros
consumidores.



lunes, 4 de abril de 2011

Color esperanza

Un dia con Nick

LO QUE CANTABA MI MADRE

ALEGRENSE CON LOS QUE ESTAN ALEGRES

DIOS te ama
Lolis Navarrete





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LOS HIJOS


Los Hijos
Vuestros hijos no son vuestros hijos. Son los hijos y las hijas de los anhelos que la vida tiene de sí misma. Vienen a través de vosotros, mas no de vosotros y aunque vivan con vosotros, no os pertenecen.

Podéis darles vuestro amor, mas no vuestros pensamientos, pues ellos tienen sus propios pensamientos.

Podéis albergar sus cuerpos mas no sus almas. Porque sus almas moran en la casa del mañana, que ni aun en sueños os es dado visitar.

Podéis esforzaros por ser como ellos, mas no intentéis hacerlos como vosotros. Porque la vida no marcha hacia atrás, ni se detiene en el ayer.

Vosotros sois el arco por medio del cual vuestros hijos son disparados como flechas vivas.

El arquero ve el blanco sobre el camino del infinito, y os dobla con toda su fuerza a fin de que sus flechas vayan veloces y lejos.

Que el hecho pues de estar doblados en manos del arquero sea para vuestra dicha, por que así como Él ama la flecha que dispara, ama también el arco que permanece firme; por eso vosotros tuvisteis la oportunidad de vivir vuestra vida y la libertad de amar y hacer tu vida.

Deja que tus hijos vuelen solos del nido cuando llegue la hora y no los reclames para que vuelvan, ellos te querrán por siempre y tendrán también su nido del cual algún día ellos solos quedaran, pero fue su nido y su vida, déjalos libres, ámalos con libertad, no apagues el fuego de su hogar, vive y deja vivir y ellos siempre te querrán.

Kalhil Gibran