lunes, 8 de junio de 2015

EL BAMBU

No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego. 

También es obvio que quien cultiva la tierra no se detiene impaciente frente a la semilla sembrada, y grita con todas sus fuerzas: ¡Crece, maldita seas! 

Hay algo muy curioso que sucede con el bambú y que lo transforma en no apto para impacientes: 
Siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente.

Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles. 

Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de sólo seis semanas la planta de bambú crece
¡más de 30metros! 

¿Tardó sólo seis semanas crecer? 

No, la verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse.

Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años. 

Sin embargo, en la vida cotidiana, muchas personas tratan de encontrar soluciones rápidas, triunfos apresurados, sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que éste requiere tiempo. 

Quizás por la misma impaciencia, muchos de aquellos que aspiran a resultados en corto plazo, abandonan súbitamente justo cuando ya estaban a punto de conquistar la meta. 

Es tarea difícil convencer al impaciente que sólo llegan al éxito aquellos que luchan en forma perseverante y saben esperar el momento adecuado. 

De igual manera es necesario entender que en muchas ocasiones estaremos frente a situaciones en las que creemos que nada está sucediendo. 
Y esto puede ser extremadamente frustrante. 

En esos momentos (que todos tenemos), recordar el ciclo de maduración del bambú japonés, y aceptar que en tanto no bajemos los brazos -, ni abandonemos por no "ver" el resultado que esperamos-, si está sucediendo algo dentro nuestro: estamos creciendo, madurando. 

Quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple que les permitirá sostener el éxito cuando éste al fin se materialice.

El triunfo no es más que un proceso que lleva tiempo y dedicación. 
Un proceso que exige aprender nuevos hábitos y nos obliga a descartar otros. 
Un proceso que exige cambios, acción y formidables dotes de paciencia.

Tiempo... Cómo nos cuestan las esperas, qué poco ejercitamos la paciencia en este mundo agitado en el que vivimos... 

Apuramos a nuestros hijos en su crecimiento, apuramos al chofer del taxi... nosotros mismos hacemos las cosas apurados, no se sabe bien por qué...

Perdemos la fe cuando los resultados no se dan en el plazo que esperábamos, abandonamos nuestros sueños, nos generamos patologías que provienen de la ansiedad, del estrés... 
¿Para qué?

Te propongo tratar de recuperar la perseverancia, la espera, la aceptación. 
Si no consigues lo que anhelas, no desesperes... 
quizá solo estés echando raíces....
DA

LIBERTAD DEL VUELO

No dejes dormir pájaros en tu alma,
vuela con ellos bajo el azul del cielo,
dales la libertad, dale las alas,
ábreles los caminos que anidan en tu pecho.

Vive buscando un horizonte amplio,
como las olas del mar o como el viento,
no dejes dormir pájaros en tu alma,
vuela con ellos de ida y de regreso.

No te amarres a sueños de ansiedad y tinieblas,
busca en las tempestades la flor en el desierto,
abre tu corazón en la alborada
y despierta a los pájaros para emprender tu vuelo.

Ahora escucha el eco de tu voz distante,
son tus pájaros libres cantando desde lejos
adonde no temiste llegar con ilusiones
que guardabas en el cofre de tus sueños

D/A

5 Cosas de las que te arrepentirás antes de Morir





Es sabido que la cercanía de la muerte da la lucidez necesaria para hacer la memoria y balance de nuestras vidas. Lo sorprendente es que casi todos sienten remordimiento por las mismas cosas

Bronnie Ware es una escritora australiana que trabajó por muchos años en cuidados paliativos, es decir, asistiendo a enfermos deshauciados a los cuales se trata sólo con el fin de aliviarles el dolor en el tiempo que les queda por vivir.

A partir de su experiencia, escribió un artículo que más tarde se convirtió en libro, Los 5 principales remordimientos de los moribundos (The Top Five Regrets of the Dying). Lo llamativo es que, al igual que las personas que han pasado por experiencias cercanas a la muerte -paros cardíacos, coma- y describen las mismas visiones y sensaciones, también los enfermos terminales experimentan los mismos sentimientos frente a la inminencia del final.

"La gente crece mucho cuando se enfrenta a su propia mortalidad", dice Ware. "Aprendí a no subestimar la capacidad de nadie para crecer. Algunos cambios fueron fenomenales. Cada uno experimenta una variedad de emociones, como es de suponer, negación, miedo, enojo, remordimiento, más negación y eventualmente aceptación. Cada paciente individual encontró su paz antes de partir".

A sus pacientes, todas personas enviadas a sus casas para morir en un entorno amigable, ella les preguntó acerca de las cosas que hubieran hecho de modo diferente en sus vidas y "una y otra vez surgieron temas comunes", explica.

Ella enunció de este modo en su libro los cinco más frecuentes.


1) Ojalá hubiese tenido el coraje para vivir una vida auténtica por mí mismo, no la vida que otros esperaban de mí.

Es el auto reproche que más ha escuchado Bronnie Ware. "Cuando la gente se da cuenta de que su vida está casi terminada y mira hacia atrás con lucidez, es fácil ver cuántos sueños quedaron truncados. La mayoría no ha realizado ni siquiera la mitad de ellos y debe morir sabiendo que se debe a las elecciones que ha hecho o que no ha hecho".


2) Ojalá no hubiese trabajado tanto.

Es un remordimiento masculino por excelencia. "Todos los hombres que atendí lamentaron profundamente haber empleado la mayor parte de sus vidas en la rutina laboral", dice Ware. "Se perdieron la niñez de sus hijos y la compañía de sus esposas".


3) Me hubiese gustado tener el coraje para expresar mis sentimientos.

"Mucha gente reprime sus sentimientos para mantenerse en paz con los demás. Como resultado de esto, se instalan en una existencia mediocre y nunca llegan a convertirse en lo que verdaderamente son capaces de ser. Muchos desarrollan enfermedades relacionadas con la amargura y el resentimiento que arrastran por este motivo", explica Bronnie Ware.


4) Lamento no haberme mantenido en contacto con mis amigos.

Frecuentemente se valora las amistades no suficientemente cultivadas cuando se toma conciencia de que ya no habrá tiempo de hacerlo. Como lo explica Ware en su libro, "muchos han quedado tan atrapados en sus propias vidas que han dejado amistades de oro perderse a tavés de los años". "Vi un muy profundo remordimiento por no haber brindado a esas amistades el tiempo y el esfuerzo que merecían. Todos extrañan a sus amigos cuando se están muriendo", cuenta.


5) Desearía haberme permitido ser más feliz.

De la observación de sus pacientes, la autora saca esta conclusión: "Muchos no se dan cuenta hasta el final de que la felicidad es una elección. Se han quedado trabados en viejos patrones y hábitos. (...) El miedo al cambio los ha llevado a fingir ante los demás, y ante sí mismos, que eran felices. Cuando en su interior ansiaban poder reírse con ganas y tomarse la vida con humor".

LA MUJER CAIDA... Victor Hugo

La mujer caída
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¡Nunca insultéis a la mujer caída!
Nadie sabe qué peso la agobió,
ni cuántas luchas soportó en la vida,
¡hasta que al fin cayó!
¿Quién no ha visto mujeres sin aliento
asirse con afán a la virtud,
y resistir del vicio el duro viento
con serena actitud?
Gota de agua pendiente de una rama
que el viento agita y hace estremecer;
¡perla que el cáliz de la flor derrama,
y que es lodo al caer!
Pero aún puede la gota peregrina
su perdida pureza recobrar,
y resurgir del polvo, cristalina,
y ante la luz brillar.
Dejad amar a la mujer caída,
dejad al polvo su vital calor,
porque todo recobra nueva vida
con la luz y el amor.
Victor Hugo


Francia 1802-1885

HOY

Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas
defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos
defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias
defender la alegía como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres
defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y de la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa
defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría.
BENEDETI

domingo, 28 de agosto de 2011

" YIAYIA"

 DE CHIQUITO BENITEZ 


 Y ME SEGUIRÁN LLAMANDO YIAYIA, MIS NIETOS…,
 LOS MIMADOS DE SIEMPRE,
 LOS CUALES ME ENVUELVEN CON SUS BULLICIOS,
 SUS ACTITUDES, SUS FORMAS TAN NATURALES DE LLEGARSE A MI,
 LLEVANDO CADA UNO ESA ALMA TAN PURA QUE LOS CONVIERTE EN INOCENTES,
 Y ME REGALAN ESTE SENTIR DE ABUELA QUE SOBREPASA TODO EL AMOR ENCERRADO, LIBERÁNDOME CON EL SUEÑO DE VERLOS FELICES EN MI MUNDO… Y COMO NO VOY A SENTIRME ORGULLOSA…, SI HASTA AHORA HE CONSEGUIDO LO QUE ALGÚN DÍA PENSÉ TENER CON MIS AÑOS MARCADOS, MIS NIETOS ME DAN LA FUERZA PARA SEGUIR PELEANDO, ME BRINDAN ESE CARIÑO INCONDICIONAL QUE NACE DE LA CUNA DE MIS HIJOS PROYECTADOS EN ELLOS, 
Y TODO EL CONJUNTO FORMA MI FAMILIA, MI HISTORIA, MI PRESENTE, MI FUTURO, MIS PÁGINAS DE LA VIDA QUE HOY ME TOCA VIVIRLA… CREO QUE CON LO QUE HE RECIBIDO ESTOY SATISFECHA, LE AGRADEZCO A DIOS POR DARME ESTOS NIETOS QUE ME LLEVAN DE LA MANO, QUE ME CUIDAN, QUE ME MUESTRAN QUE ESTARÁN ALLÍ CUANDO LOS NECESITE, QUE ME LLAMARÁN MUCHAS VECES…YIAYIA, QUE ME SUSURRAN AL OÍDO UNA LINDA CANCIÓN HASTA QUE MIS OJOS SE DUERMAN, ROGANDO VOLVERLOS A ABRIR OTRO DÍA MÁS PARA CONTINUAR VIÉNDOLOS CRECER EN ESTE PARAÍSO DE AMOR…